"El cielo se ilumina con cada estrella y mi camino con cada sonrisa de mamá"
Un invierno del 97, un milagro fue enviado a una mujer que anhelaba con tanto fervor un pequeño rayo de luz. Fue escuchado su clamor y le fue concedida una pequeña y llorona angelita a quien nombró "Lirio", pues fue el más puro regalo que tanto había esperado entre un mar de sombras. Verla solo hizo prometerse a cuidarla hasta su último aliento.
Su milagro fue creciendo, sufrió mucho también, pero ella a como pudo recibió los latigazos más fuertes para que su princesa no perdiera toda su pureza. La niña lloró mil noches pero mil días río con su madre, su madre siempre buscaba educarla así le doliera castigarla pero también siempre dejarle recuerdos de mucha felicidad, jugando con su niña, ver películas con su pequeña por más cansada que estuviera o que tuviera que despertar a las 4:00am del día siguiente para mantener siempre comida y las comodidades necesarias para vivir y disfrutar.
Su bello Lirio fue viviendo, descarriandose, aprendiendo, cayendo pero levantándose. Su madre supo, que pronto tocaría el momento de que se enfrentaría a una realidad sola pero haría todo para que siempre su milagro tuviera fuerza y se prometió estar con ella aún más allá de lo físico.
Fue entonces que sucedió, "lo siento mi hermosa flor, te enfrentarás pronto a un mundo sin mí a tu lado" le dijo, la niña no quería asimilar lo que entonces ello significaría, se negaba a que eso sucedería pronto cuando aún ella era joven, se imaginaba que sería como aquellas películas que veía en donde llegaría a vivir hasta ver los frutos de su vida, sus logros y sus alegrías.
Transcurrido el tiempo, llegó de nuevo el invierno, está vez no para entregar un milagro sino para llevarse al más bello ser que una vez pidió su rayo de luz. Su madre no quería irse, lucho con sus fuerzas, pero ya era tiempo, "es hora de ir a casa". Entonces sintió una paz invadiendola, no sin antes pedir que cuidaran a su bendición.
Despertó la niña al siguiente día, ¡y vaya que despertó!, al escuchar esa noticia la pequeña niña solo pudo pensar, ¿y ahora qué haré?
Hubo un funeral, hubo un entierro, hubo una pérdida.
Pasaron los días, los meses, pero entonces, una voz le susurró "levántate y sigue", busco oportunidad sin saber si iba a resultar, pero su madre estaba abriendo puertas, consiguió empleo, empezó a vivir una nueva realidad, lloro, sufrió, decayó, pero continuó, se dijo a sí misma "mamá me enseñó a no rendirme".
Creció, recorrió duros momentos pero... tres años después está aquí, recibiendo su título, escucha su nombre, piensa en no caerse ("¡punta, tacón; punta, tacón!"), al bajar solo reza en su mente "ahora soy yo quien recibe un rayo de luz", supo entonces que su madre que ahora es un ángel que la acompaña cada instante, está más que orgullosa de ver a la mujer que se está convirtiendo su corazón, que aunque no la ha tenido fácil sigue luchando, sigue de pie ante el cañón aunque mil veces pensó en rendirse, la consoló y la ánimo a seguir.
Ahora está triunfando y le falta mucho por lograr, y solo puede decir "Este es mi milagro, mi luz, mi herencia, mi vida"
Te amo Mamá.
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