"La risa es como los limpiaparabrisas. Nos permite avanzar, aunque no detenga la lluvia." - Gerard Jugnot.
Muchas veces me he sentido así; mis sonrisas, mis risas que todo mundo logra creer que son verdaderas pero que realmente no lo son. Con el paso de los años he aprendido a fingir y que parezcan que son reales porque así evito que las personas sigan abriendo cicatrices que por todo los milagros posibles quisiera borrar de mi piel, de mi mente, de mi alma.
No entiendo a las personas que se empeñan en seguir recordándote los errores pero dicen que te han perdonado, no comprendo por qué razón a las personas les encantan estar en los problemas de uno y sobre todo estar como un tipo de recordatorio que en vez de ayudar provocan un huracán de emociones negativas que te impiden seguir luchando para cambiar.
Las personas pueden juzgar y hablar lo peor de ti pero sólo tú tienes el control de separar cuáles debemos de tomar y poner en funcionamiento para alcanzar tu meta; y cuales tirarle una patada para que se vayan bien lejos.
Sólo tú puedes tomar una decisión sobre las cosas que pueden ser ciertas y que no, porque eres el autor que vivió, vive y vivirá con esas palabras, esas cicatrices, esas alegrías.

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